jueves, 26 de julio de 2007

Esto está crudo


Muy de vez en cuando cojo el coche, a mi mujer y la tarjeta de crédito y me largo a darme un verdadero capricho yendo a cenar a un japonés. Normalmente, me acerco al que está a la espalda del hospital Morales Meseguer, que es el que mejor resultado me ha dado hasta la fecha. Tras haber ido un par de veces, decidí aprender a hacer algo de esta cocina tan elaborada y sabrosa, con el fin de ahorrarme unos durillos cuando me apeteciera pescadito con arroz. No es difícil, de verdad, lo que importa es coger el concepto, como diría el gran Pazos. El concepto, al igual que la elaboración de todas las comidas, es bien sencillo de pillar. Por ejemplo: la gran mayoría de salsas que acompañan la comida en el restaurante chino son a base de caldo de pescado con soja, por lo que teniendo un pimiento, unas zanahorias, una cebolla y unas pechugas de pollo, puedes comer un plato chino a cualquier hora del día. Pero aunque la cocina china está deliciosa, la de aquí, no la de allí, me parece del género tonto hacer en casa unos tallarines con gambas, teniendo a mano un teléfono para pedirlo al restaurante más cercano. El precio y la calidad de los restaurantes chinos hacen absurdo pringar la cocina para cocinar. El mundo del sushi es otra cosa. Yo hago sólo tres recetas de la comida japonesa. Suficientes, por otra parte, para cenar sin echar de menos las manos japonesas del cocinero del restaurante. Las recetas son arroz con pescado (atún rojo y de ijada y salmón), taquitos de pescado macerados en aceite de oliva y soja (receta de Adrià) y sushi maki. Esta noche viene mi hermano a cenar, y además de esto, voy a preparar unas costillitas de cerdo al horno. Precisamente vi esta semana dos recetas distintas de cómo preparar las costillas de cerdo, una a un japonés y otra a un londinense y las voy a combinar para darle un punto oriental-picante. Por cierto, ‘La casa de Xu’ es posiblemente el mejor restaurante chino de Murcia. Puntuación: Muy bueno

miércoles, 18 de julio de 2007

El Bulli: Sin palabras

No voy a hacer comentario alguno. He encontrado esta entrada en otro blog gastronómico y quisiera que vierais las fotos de lo que se come en el mejor restaurante del mundo. Disfrutad.
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jueves, 12 de julio de 2007

Cenas en casa


Esta noche tengo cena en casa. Recuerdo las cenas que montaba todos los jueves en los meses que mi mujer trabajaba fuera de Murcia. La de hoy es parecida a aquellas de antaño, ya que uno de los amigos que nunca fallaba a dichas reuniones culinarias, y que llevo 15 días sin ver, viene con su novia. Mi primo también vendrá, cosa que ha complicado el menú que tenía pensado, porque el cabroncete no come nada que lleve queso. Iba a hacer unos entrantes a base de huevos de codorniz con jamón, una ensalada potente y un risotto. Como el risotto lleva parmesano, tendré que cambiarlo por otra cosa que les guste a los tres. Creo que no voy a calentarme la cabeza y prepararé unos solomillitos al jerez o al fua, aunque me apetece cocinar alguna cosa nueva no quiero pasarme dos horas en la cocina mientras los invitados se atiborran a cerveza y patatas. Estoy deseando, porque estas cenas siempre terminan bien.


Por otro lado, mañana voy a hacer una cena sólo para mi mujer y para mí, en la que sacaré la vajilla nueva, las velas y espero que la inspiración que me falta hoy para decidir la cena. Lo de mañana sí que es una incógnita, aunque tengo claro que si dejo que decida ella el menú, tendré que hacer varios tipos de comida japonesa y cocochas al pil pil, aparte de alguna receta picante que siempre viene bien en estas ocasiones. Estoy deseando, porque estas cenas siempre terminan bien.

lunes, 9 de julio de 2007

Comer en Molina

Llevo varios días pensando en recomendar algún sitio para comer cerca de donde tengo mi hogar; Molina de Segura. A pesar de tener un centenar de locales para comer destacaría tres: la Abadía, el bar Casa Ángel y el Richard. Cada uno en su estilo, son las tres mejores opciones que encontramos en la localidad molinense. El primero es un restaurante muy tranquilo y elegante, en el que el trato de los camareros y el silencio que se respira en el salón anticipan al comensal lo que será con toda seguridad una buena comida. Si no me creéis, preguntad al alcalde Eduardo Contreras, el cual visita el restaurante con asiduidad. Todo se encuentra perfectamente elaborado y creo imprescindible probar sus crepes de Camember y sus arroces con calamares en su tinta. Destacaría la melosidad de estos arroces negros conseguida por la habilidad del cocinero de sustituir la cebolleta del sofrito previo a la cocción por puerros. Magnífico. Calif. Muy Bueno. Por otra parte, el bar Casa Ángel (plaza de la Molinera) ofrece a sus comensales un buen marisco a un precio y un ambiente familiar muy característico. Ojo, que eso no quiere decir que la cuenta no lleve tres cifras si os emocionáis pidiendo bichos marinos. Imprescindible probar el pulpo, el arroz y bogavante y el rabo de toro. Aprovechad también para pedir quisquilla a la sal (plancha), en vez de comerla cocida, ya que es uno de los poco restaurantes en los que la he encontrado así. Calif. Muy bueno. Y el Richard, antiguo bar Museo, es el lugar que recomendaría para tomarte una cerveza con unas tapas caseras bien cocinadas como calamar a la plancha, ensaladillas de varios tipos, caballitos, carpaccio de bacalao, revuelto de setas, espárragos y gambas y alguna carne o pescado a la plancha. Todo riquísimo. Calif. Muy Bueno.