
Muy de vez en cuando cojo el coche, a mi mujer y la tarjeta de crédito y me largo a darme un verdadero capricho yendo a cenar a un japonés. Normalmente, me acerco al que está a la espalda del hospital Morales Meseguer, que es el que mejor resultado me ha dado hasta la fecha. Tras haber ido un par de veces, decidí aprender a hacer algo de esta cocina tan elaborada y sabrosa, con el fin de ahorrarme unos durillos cuando me apeteciera pescadito con arroz. No es difícil, de verdad, lo que importa es coger el concepto, como diría el gran Pazos. El concepto, al igual que la elaboración de todas las comidas, es bien sencillo de pillar. Por ejemplo: la gran mayoría de salsas que acompañan la comida en el restaurante chino son a base de caldo de pescado con soja, por lo que teniendo un pimiento, unas zanahorias, una cebolla y unas pechugas de pollo, puedes comer un plato chino a cualquier hora del día. Pero aunque la cocina china está deliciosa, la de aquí, no la de allí, me parece del género tonto hacer en casa unos tallarines con gambas, teniendo a mano un teléfono para pedirlo al restaurante más cercano. El precio y la calidad de los restaurantes chinos hacen absurdo pringar la cocina para cocinar. El mundo del sushi es otra cosa. Yo hago sólo tres recetas de la comida japonesa. Suficientes, por otra parte, para cenar sin echar de menos las manos japonesas del cocinero del restaurante. Las recetas son arroz con pescado (atún rojo y de ijada y salmón), taquitos de pescado macerados en aceite de oliva y soja (receta de Adrià) y sushi maki. Esta noche viene mi hermano a cenar, y además de esto, voy a preparar unas costillitas de cerdo al horno. Precisamente vi esta semana dos recetas distintas de cómo preparar las costillas de cerdo, una a un japonés y otra a un londinense y las voy a combinar para darle un punto oriental-picante. Por cierto, ‘La casa de Xu’ es posiblemente el mejor restaurante chino de Murcia. Puntuación: Muy bueno